el le caia bien a todos mis sentidos, salvo cuando ella era el tema de hablarcuando su confesión lastimo mis oidos,me dije no lo escuches no te ahogues en su marnos rendimos los dos a fingir como tontos que yo era su mujer y que el era mi maridopèro al cabo de un tiempo yo no queria ser su mujery el quiso volver a ser el hombre infielahora el esta feliz volvio con la idiotayo recorro las calles buscando otro hombrey aprendi que mentirse tiene patas muy cortas, que siempre la costumbre va a matar al placer!
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